jueves, 19 de febrero de 2015

Todos llevamos un cazo...


Me gustaría presentaros a Lorenzo; Lorenzo es un niño especial, pero no lo es porqué lleve un cazo, no, lo es porqué es un niño adorable, tierno, y lleno de cualidades extraordinarias y además lleva un cazo. Lorenzo es un personaje de Isabel Carrier, pero Lorenzo es también cualquier persona que en algún momento de su vida se haya sentido arrastrando un cazo.

De alguna manera todos llevamos algún tipo de instrumento, ya sea un cazo, una cacerola o una sartén... Pero en el caso de Lorenzo, este cazo se ve, y le hace la vida un poco más complicada.

Creo que este es un cuento precioso, y que estaría genial que todo el mundo pudiera leer, sencillo y dulce: explica con mucha naturalidad algo que a todos de una forma u otra nos ha pasado alguna vez.

https://www.youtube.com/watch?v=K0usZT3LGOQ

Aquí añado algunas de las actividades que se me han ocurrido en relación a este cuento, pero vosotros podéis pensar en muchas más. Las voy a separar en actividades de concienciación y aceptación de la diversidad y actividades de introspección:

Actividades de concienciación y aceptación de la diversidad:
Cada persona tiene características diferentes, que le hacen asomarse al mundo desde ventanas diferentes. 
1.- Pensar en personas que conozcamos que tengan alguna dificultad que nosotros sepamos y explicar qué dificultad tienen. Pensar en cómo esa dificultad les puede ayudar a algunas cosas y les puede perjudicar en otras. 
2.- También podemos hacer juegos simulando dificultades; por ejemplo, buscar objetos con los ojos tapados, etc. 
3.- Pensar en qué cosas nos han servido cuando hemos jugado a las simulaciones; y qué cosas podríamos hacer nosotros para ayudar a las personas que tengan esos problemas. 

Actividades de introspección:
Cada persona tiene sus propios cazos, aquellas cosas que le pueden generar dificultades, ya sea porqué son características especiales, o porqué en algún aspecto de su vida no le están ayudando a aprovechar lo mejor posible esta. 
1.- Pensar en qué cosas no nos ayudan mucho de nosotros mismos. 
2.- Pensar en sí son cosas que se pueden cambiar o no. 
3.- En caso de que se puedan cambiar: trazar un plan sobre cómo hacerlo, puede incluir pedir ayuda, o todo lo que pensemos que necesitemos para cambiar ese aspecto de nosotros. 
4.- En caso de que sea algo que no se pueda cambiar; cambiar nuestra actitud hacía eso. Empezar a aceptar aquello cómo algo de nuestra vida que seguramente nos dificulte por una parte y por otra nos sirva o nos haya servido para algunas cosas. 

Espero que os haya gustado el cuento y lo disfrutéis mucho!

Anaïs Cerrillo. 

domingo, 15 de febrero de 2015

Emoción y Conflicto.

Este es un artículo que escribí hace años para colaborar con el portal Español de Inteligencia Emocional. Lo he encontrado ahora y he pensado que sería muy interesante poderlo compartir aquí. Espero que os guste.

Generalmente, no solemos enfocar el conflicto de la forma más productiva posible. La mayoría de las veces, desviamos el problema principal, hacía la sensación de peligro o de competencia. Sin embargo, si abordásemos el conflicto desde la perspectiva de buscar la mejor solución para todas las partes implicadas, intentando mantener el bienestar de todos, tanto en el proceso de solución de problemas cómo posteriormente, cuando implantemos estas soluciones. Los conflictos no serían una fuente de estrés y angustia, sino una forma de mejorar una situación, algo que en el futuro podríamos agradecer.
Cuando sentimos que los otros nos atacan, nos menosprecian… se activan los sistemas emocionales que nos avisan de un peligro; provocando respuestas de miedo, sumisión, ansiedad, ira, asco… para evitar la exposición a la amenaza trataremos de huir de ella, o bien disminuir el riesgo que representa; (para ello necesitaremos atacarla). Estos sistemas se activan de forma rápida, sin embargo, su desactivación tarda mucho más.
Cuando sentimos que alguien lucha contra nosotros por un mismo objetivo, activamos los sistemas de búsqueda de logro, intentando esforzarnos más para conseguir el logro. Estos sistemas pueden ser muy útiles cuando luchamos contra nosotros mismos, pero si competimos con otra persona, puede llegar a darse la situación, en que no valoremos los esfuerzos del otro, y en que queramos estar siempre por encima, sin valorar la valía de la otra persona.

Sin embargo se puede abordar el conflicto desde la empatía, explicando cómo nos hace sentir, y entendiendo cómo se siente el otro. Responsabilizándonos, de nuestra parte de responsabilidad en el problema, y buscando todos juntos una solución factible. Apoyando emocionalmente, en el proceso a todos los implicados, desde el bienestar. Cuando nos acercamos a otras personas dándoles la calma y la seguridad positiva (similar al vínculo afectivo), esta persona se siente más libre y con más creatividad para resolver el problema; con esta actitud podemos lograr que los conflictos nos unan en vez de separarnos; podemos convertir los conflictos en oportunidades para crecer emocionalmente, y también cómo familia.

Anaïs Cerrillo.

lunes, 2 de febrero de 2015

Bienvenida Esther!

Nos hace mucha ilusión, dar la bienvenida a nuestro equipo a Esther Valencia; Esther es una psicóloga que realiza tratamientos con adultos y adolescentes y es experta en terapia sexual y de pareja. 

En el Baobab realizará terapias, charlas y talleres y además tiene una actividad los miércoles por la tarde que consiste en un servicio de asesoramiento sexológico y de pareja gratuito.

A este servicio se podrán acercar todas las personas y parejas de cualquier edad, sexo, estado cívil y orientación sexual a resolver dudas sobre la sexualidad o la relación de pareja.

Para poder acceder al servicio es necesario reservar cita previa a través de la dirección de gmail: elbaobabpsicologia@gmail.com

Si queréis saber más sobre Esther Valencia, podéis consultar aquí.

Y si queréis más información sobre el servicio de asesoramiento, la podréis encontrar aquí. 


Esperamos que esta información os sea útil! Un abrazo!

Anaïs Cerrillo.

domingo, 1 de febrero de 2015

El miedo

El miedo es una de las emociones básicas, y aunque suele preocuparnos ya que no es agradable sentir miedo; no es ni malo ni bueno, cómo el resto de emociones, simplemente es cómo una brújula que nos indica y nos da información. Si sabemos usar esa información, nos daremos cuenta de lo valiosa que puede llegar a ser.

Lo primero que tenemos que conocer del miedo, y en lo que nos centraremos en este escrito, es que dentro de esta palabra tan amplía, se incluyen diferentes emociones, que comportan diferentes sensaciones y que podríamos separar en varias categorías más pequeñas…

-Por una parte están los Miedos evolutivos, que son muy típicos en ciertas edades y tienen que ver con temas que han sido importantes durante nuestra evolución para la supervivencia. Son el miedo a la oscuridad, a quedarse solo... sobretodo son muy típicos alrededor de los 4 años.

-Luego están los Miedos asociados a deseos; cuando pensamos que algo tiene un gran valor está el miedo a perderlo o no conseguirlo... Aquí estaría el miedo al fracaso, y miedos asociados a elementos relacionales, cómo pueden ser los miedos dentro de una pareja, etc. (Estos últimos también están asociados a una falta de autoestima, puesto que este miedo aumenta en la medida en que pensamos no sólo que el otro se valioso, sino que lo es mucho más que nosotros mismos...). Este grupo de miedos deben ser vigilados muy de cerca puesto que sus consecuencias pueden ser muy negativas.

-También están los Miedos básicos. Estos son miedos que compartimos todos los humanos en mayor o menor medida; y que están unidos a cosas que son tan importantes para nosotros, que tienen el gran poder de modificar y determinar nuestra trayectoria vital. son:
-El Miedo a la muerte y la enfermedad.
-El Miedo a quedarse solo (miedo a no ser aceptado ni querido por nadie).
-El Miedo a la ruina y el fracaso.

-Y Por último los Miedos ansiosos. Estos son los miedos que están fuertemente relacionados con niveles muy altos de ansiedad, cómo pueden ser las fobias. También aquellos asociados a rasgos personales estables. (Aquellas personas que describiríamos cómo miedosas o sufridoras).



La parte de todo esto que entraría dentro de la inteligencia emocional es conocer el tipo de miedo que cada uno tiene, saber qué lo provoca y por último aprender estrategias para poder gestionarlo.

Anaïs Cerrillo.